lunes, 3 de marzo de 2008

Un Ligustro sin carácter.....

Hace unos años acodé una rama de un ligustro, para enseñar la técnica en clase. Después de separar el acodo, la planta "durmió" durante mucho tiempo sin ser trabajada. Eso si, abono y agua no le faltaron!
Este domingo vinieron unos amigos de visita, y con ganas de meter mano en una planta, seleccionamos este ligustro semi-abandonado.
Uno de los lados del árbol.
Este es el lado contrario.
Pensaba en una cascada, quizás plantada sobre una roca, pero.........
Buscando otras opciones y viendo diferentes posiciones de plantado Paco dijo: "ahí me gusta!!!" Todos de acuerdo!
Entonces manos a la obra. Walter me ayudo a limpiar la corteza pegada en un área del árbol seca.
Con un minitorno trabajé el shari. Todavía le falta mucho refinamiento, pero el apuro es la madre de los errores, muchas veces irreparables. Prefiero trabajar la madera de a poco, dándole más carácter con cada intervención.
El Ligustro es un árbol de madera dura y quebradiza, por eso, al realizarle una torsión importante, es necesario aplicar rafia bien apretada. La misma actúa como una segunda corteza y sostiene la madera evitando que esta se parta durante el doblado.
Algo de poda y alambrado me dio este resultado. Paco y Walter ya se habían marchado (casi pierden el micro!!!), así que ellos también verán hoy por primera vez como quedo este proyecto.
Buscando una maceta para este nuevo bunjin, me encontré con esta, que me regaló hace varios años Marita Gurruchaga. Me gusta para este árbol!
Así quedaría después del trasplante. Te gusta el resultado? Muchas veces un cambio en el ángulo de plantado de un árbol puede hacer maravillas!! Esto es una parte fundamental del diseño.
Ahora este árbol pasó a ser un pre-bonsái con un interesante futuro. Veremos como evoluciona, yo casi no puedo esperar a verlo con todas sus hojas, formando un elegante y suave bunjin.
Puedes ver la 2da parte de este artículo haciendo click aquí.